Llevamos
días en casa, días sin salir más que para lo estrictamente
necesario, días confinados y esto me evoca muchas reflexiones. Hoy
quiero compartir con vosotros una de ellas, en concreto, la que da
título a este post.
Estamos
muy cerca de algunos y muy lejos de otros y esto nos está haciendo
crecer mucho como personas y como familias. Habrá gente que viva
sola en casa, habrá familias grandes, pequeñas, parejas sin hijos,
con hijos, con mascotas o sin ellas, pero cada uno de ellos, cada una
de estas personas está aprendiendo.
Y
es que estar así, como he dicho, nos está haciendo aprender a valorar mucho más a los que tenemos tanto cerca, como lejos.
A
los que tenemos cerca porque los estamos viendo al 100%, esas madres
que no descansan, que después de tender dos lavadoras se ponen a
hacer la comida, a arreglar el sofá que han destrozado los hijos y a
hacer todas las cosas que conlleva una
casa repleta de gente;
a esos padres que se desviven por ayudar en casa ya sea cocinando,
entreteniendo a los niños, limpiando...; a esos niños que nos están
enseñando lo capaces que son de salir adelante con todo, de no
flaquear y de no mostrarnos tristeza ni llantos, sino juego,
imaginación, paciencia, creación, emoción, alegría... y tanto que
me quedo sin decir de ellos. Yo en particular estoy descubriendo
más que nunca a mis hijos ya que han llegado a ser conscientes de
que solo se sale a comprar y, que
a comprar, solo va o mamá o papá y no por
ello pelean. Están
haciendo de la casa un mundo mágico donde se puede ser perro, bebé,
dinosaurio o rey. Esos
jóvenes y adolescentes que lo dan todo en casa, en ayudar, en
estudiar, en colaborar y en crecer como personas; esas personas
mayores que no dejan de sorprender con su capacidad de afrontar la
vida y lo que pase, pese a que muchos de ellos han pasado por cosas
terribles como guerras o
hambrunas.
Y
como no, a los que tenemos lejos, a los
familiares, amigos, seres queridos con los que no dejamos
de hacer llamadas por vídeo y hablar por teléfono, a los cuales
valoramos su cariño, sus abrazos, sus palabras, todo aquello que
hacían por nosotros y ahora, por la distancia, no pueden hacer.
Estamos
descubriéndonos como personas individuales, cómo somos capaces de
mucho más de lo que pensábamos, ser más generosos, más pacientes,
más humildes, alegres, ingeniosos y creativos, ser mejores a fin de
cuentas.
Y
esto es solo un ejemplo, cada uno sabe realmente todo lo que está
ganando y que yo no he sido capaz de plasmar aquí, por ello debemos
seguir adelante, seguir creciendo y hacer de nosotros y de los que
nos rodean personas maravillosas y especiales. Nada volverá a ser
igual en nuestras vidas, habremos cambiado, pero a mejor, siempre a
mejor.
Sigamos
sumando, sigamos creciendo.
Añadido:
aprovechando que hoy es el día internacional del beso, comeros a
besos a los que tenéis cerca porque hoy están pero algún día no
será así, aprovechemos ahora que podemos.
Instagram @andreasantiagomami
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